lunes, 15 de octubre de 2007

NewsFlash 2

¡Estrenamos nombre!

Durante los ochenta, un periódico mural no podía faltar en ninguna escuela primaria que se respetara; tampoco podía faltar en la blogósfera. En mi escuela, la dirección puso un pizarronzote de corcho en la puerta. Su función era la de anunciar los eventos importantes para la escuela y de interés nacional o académico. Esta moda, la verdad no recuerdo, pero estoy casi segura que tuvo su origen en un mandato del secretario de Educación Pública en el periodo de Mike de la Madrid. Ya saben, en aquella época la única “iniciativa” podía venir del estado y si al secretario en turno se le ocurría cualquier ociosidad, ésta tenía que ser acatada no en calidad de sugerencia, sino de obligación. Este blog, como aún no define una personalidad, de momento va a ser un periódico mural, con notas varias y con bipolaridad que caracteriza a su autora. Siendo un poco cínicos al respecto, cualquier blog es un periódico mural, sólo que mucho más personal.

La burra de Paulina ya pidió disculpas por haber cubierto sus partes con la bandera nacional. Bien pudo haberse engallado para entrarle de lleno a la zacapela y tirar una que otra neta a sus acusadores, tal vez así se hubiera ganado un poco de mi respeto, pero no, se abrió, como la buena estrellita pop que es.

¿Qué se hace cuando un invitado pasa a tu baño y al salir te hace la observación de que no tienes cerillos?



*Update: Si, ya lo sé, bruta de mí que anuncié el nuevo de título y no lo cambié en la plantilla.

viernes, 12 de octubre de 2007

El Pecado de Paulina

Ésta semana se estalló la bomba: Una de las joyas de la corona Nacional (WTF!?), Paulina “cinturita de calorex” Rubio, apareció en sugerente pose sexual envuelta en el lábaro patrio… ¡Horror! Les voy a dar 5 minutos y 3 saltos de línea para que corran a rasgarse las vestiduras y regresen…

Bien, los detalles sobran; que si no son fotos actuales, que si la Pau no las autorizó, que si fue un fotomontaje, por cierto, alguien explíquele a la bruta de Susana Dosamantes qué es un fotomontaje.

No está en la agenda de este blog, dilucidar si lo que hizo ésta vieja estuvo “bien” o estuvo “mal”, ni es el objetivo del post.

Lo que quiero señalar, es el cuestionable ejercicio de este “valor”, tan común en las sociedades cristianamente atrasadas de Latinoamérica y algunas otras partes del mundo:

La hipocresía.

También llamada doble moral ó –actuar con dos caras-. El desastre de Paulina, que parece podría superar al del huracán homónimo, ha provocado reacciones desmesuradas que, desafiando todo sentido común, han llegado a las esferas más altas de la política nacional. Hay quien opina que el asunto debe ser estudiado e incluso optar por un castigo ejemplar ante ésta deshonra a nuestro símbolo patrio.

La cosa es un chiste que se quiere poner serio, o algo serio que se convierte en un chiste, no lo sé. Como dije, la cuestión aquí dudosamente es sobre lo moral, lo legal o lo patrio, lo único que yo veo aquí, es la vieja y tradicionalmente mexicana hipocresía.

El respeto a los símbolos nacionales varía de nación a nación. Países como Estados Unidos y Reino Unido, son bastante licenciosos con el uso que se les dan a dichos símbolos, hay calzones, en todas las tallas, con las banderas de estos países impresas en pleno rabo, mismo que muchas veces queda al descubierto, y nadie hace mucha alharaca al respecto. Por el otro, hay países dogmáticos en ese sentido, como Suiza, que no permite que la mismísima Coca Cola ostente el color nacional rojo en su producto. En fin, son políticas. El caso de México, no es la ley o una falta de respeto lo que ocasiona el escándalo en ésta ocasión, es el oportunismo.

No sé si haya alguien realmente ofendido por ver a la Rubio envuelta en una bandera mexicana, si a mi me lo preguntan, me ofende más ese acento españolito de la condechi que ha agarrado. ¿O es que esté desnuda lo que los escandaliza? Ah! ya salió el peine. Miren, que justo cuando uno cree que finalmente hemos dado el gran paso para salir del universo de las naciones bananeras, sopas! el golpazo de la realidad nos azota.

De manera que, desmenuzando esto:

El problema no es que Paulina Rubio se cubra con una bandera, el problema es que está desnuda.

El problema no es el desnudo, sino que es una mujer desnuda.

El problema no es que sea una mujer desnuda, sino que las mujeres que posan desnudas, son putas (de confirmarse ésta teoría, Edith va a tener que salir del país por piernas).

Y finalmente, el problema no es con las putas, sino que las putas no deberían estar ni si quiera cerca de una bandera, vayan ustedes a saber dónde se metió esa bandera la muy satánica e inmoral.

Ah bueno! Ya si lo vemos así, agregando el factor machista persignado a la ecuación, entonces todo empieza a tener más sentido, eso explicaría, por qué otras tantas miles de ofensas y faltas de respeto a los símbolos patrios, quedan impunes o ni si quiera son criticadas. Por eso no hay fart cuando el 12 de diciembre se sustituye el escudo por una virgencita, o cuando los seleccionados nacionales de fútbol en la ceremonia de himnos, saludan con la mano chueca o caída; qué, no es en la escuela primaria donde te enseñan a saludar? También, más digno de gracia que de molestia, es cuando una de esas porras del América, saca su banderota tricolor con el escudete afeminado de su club donde debería de ir la otra águila, la de la serpiente (ay, perdón, eh!).

Atentan más contra la suave patria, aquellos que tienen este país podrido en corrupción. Como dije, no sé si las mentadas fotos se salgan del marco de la legislación mexicana, si hay alguna falta que castigar, que se haga, sólo que expliquen bien cuál es la falta. Si el pecado es envolverse en una bandera, que desentierren a Juan Escutia y pateen su huesudo trasero por andarnos faltando al respeto. Si el delito es fotografiarse desnuda siendo mujer, pues que avisen con tiempo, para que Edith y yo podamos salir del país, antes que nos arrinconen en un callejón y nos lapiden con piedra de acuario, que duele menos, pero dura más.

Oliver Stone lleva una década que no da pie con bola, aquí se le presenta la perfecta oportunidad de reivindicarse con un público amante de los escándalos políticos y los encubrimientos: “El Pecado de Paulina” a film by Oliver Stone.

jueves, 11 de octubre de 2007

NewsFlash

Uno de cada cinco norteamericanos opina que alienígenas han visitado la Tierra y uno de cada diez asegura haber sido raptado por extraterrestres (ah, tan pendejos ellos, no les da ternurita?).

Ya dejé de ser una malagradecida y he empezado a contestar sus amables comentarios, bienvenidos a la retroalimentación… a ver cuánto tardo en arrepentirme de esto.

Este blog se empieza a volver más grillo con el paso de las semanas.

Este semana me uní a la modita new-millenium de andar con mi botella de agua simple y consumir los 2 litros diarios que son recomendados. Más que una moda del nuevo milenio, es como de san bernardos, no lo han visto así?

Terminó la pesquisa sobre el portafolio secreto de Edith. Su honra está a salvo; resultó que las fotos se publicaron en el blog personal del amigo de uno de los sospechosos, un exnovio de Edith. El sujeto obtuvo las fotos mediante un intercambió con el ex, en lo que según nuestras conclusiones, correspondió al pago de una pequeña deuda al calor de las copas. Edith está tan contenta, que en el furor me autorizó para publicar una foto parcialmente censurada del escándalo.







Ni era para tanto, verdad?

martes, 9 de octubre de 2007

El DiscoveryAtlas:MéxicoGate

Hace dos semanas expresé mi orgullo y beneplácito porque varios canales internacionales dedicarían parte de su programación a México, con motivo del aniversario de nuestra independencia.

Casi todos los documentales eran repeticiones, pero se aprecia la intención. Extrañé mucho una serie de 4 programas sobre la historia de México en el History Channel. Es buenísima y fue de los primeros programas con los que salieron al aire hace algunos años. La serie comprendía desde el periodo prehispánico hasta el México moderno, pero este año no la pasaron, lástima, es un documento que quería tener grabado para la posteridad… bueno, MI posteridad.

El programa que más estaba esperando, era el Discovery Atlas: México. Documental de dos horas, supuestamente filmado en alta definición, que el canal estuvo cacaraqueando desde agosto y que finalmente fue transmitido el domingo 29 de septiembre.

Discovery Atlas es una serie, que hasta el momento consta de cinco episodios: China, Brasil, Australia, Italia y este año, México. Estos países, seguramente fueron escogidos por su milenaria historia, sea el caso de China e Italia, por su exotismo, en el turno de Autralia, por lo argüenderos, en Brasil y por su interesante cultura y tradición, en lo que toca a México.

Con mucha emoción y expectativa me senté ante el televisor, esperando ver un documental que zangoloteara toda fibra sensible de mi cuerpo y me conmoviera casi al punto del llanto y lo que vi… me indignó.

Las ediciones anteriores, se centraba en las costumbres, la historia, los lugares, los personajes de los diferentes países. El –así llamado- documental mexicano, se concentró en ramplones y por demás ordinarios relatos sobre algunos individuos, entre los que se pueden contar:

La historia de un luchador y el concurso organizado para bautizarlo con un nuevo nombre y personalidad cirquera.

La “epopeya” de los preparativos para la fiesta de quinceaños de una morrita regiomontana.

Un infomercial (háganme el recabronsísimo favor, un infomercial!) sobre la inauguración de un restaurante gourmet.

Un reportaje “teveaztequero” de una escuela de mariachis.

La construcción (a medias) de una escultura monumental de Sebastián en Cd. Neza y la visita de este personaje a una mina donde se descubrieron unas formaciones cristalinas que parecían impresionantes… digo –parecían-, porque la descuidada fotografía las hizo parecer menos espectaculares de lo que en realidad son, seguramente.

La enternecedora historia de una jovencita que ejecuta su primer clavado desde la quebrada.

Ah! y cómo podía faltar, la devoción que –todos- los mexicanos sentimos hacia la guadalupana.

Discovery Atlas: México, es una caricatura improvisada que, lejos de lograr un carácter documental, parece un panfleto de viajes baratos orientado a “rednecks”… si, a yanquis ignorantes que se sienten empapados de la cultura y los valores mexicanos porque se pusieron una peda de 3 días con tequila nacional, portan un sombrero de colores con la leyenda “viva México cabrones” y cargan con una piñata malhecha. Los estereotipos, la distorsión, la visión tan limitada y la parcialidad con la que se retrató a este país fue indignante.

Todo el documental no cuenta más que con unos cinco minutos de rodaje verdaderamente cinematográfico, el resto, parece haber sido grabado por televisa deportes. Para colmo, la voz en español de este documental bananero, fue la del petulante Carlos Loret de Mola, quien con su insípida narración y falta de espíritu, que hizo parecer grandiosos a los doblajes venezolanos*, le terminó de poner en la madre a una producción de por sí, falta de imaginación y profundidad. El soundtrack? Me quería volver changa! Una musiquita de marimbas y guitarritas que parecía sacada del CD: “Musiquita para representar tercermundistas montando un burro”, de esos que utilizan en Hollywood para fondear escenarios supuestamente latinoamericanos. No puede ser!

Lo aberrante…

la superficialidad de este supuesto especial, que no tuvo los contenidos ni para alcanzar el estatus de “pretensioso”, siendo que es lo mínimo que se puede pedir de este tipo de programas.

Lo que encabrona…

sobremanera, que mientras las ediciones de otros países son en sí, verdaderos documentos de colección y unas joyas de producción, el de México es un documentalucho arrabalero de pésima calidad, ya no digamos para los estándares de Discovery Channel, sino hasta para los de TV Azteca.

Lo que emputa…

que siendo México material para que de él se lograra el mejor documental, y quiero decir, el mejor por mucho de toda la serie, haya resultado el peor… por mucho. Tiene mucho más significado, sabor, compromiso y respeto un modesto capítulo de “Aquí nos tocó vivir” de Cristina Pacheco que todo el supuesto Atlas México, que tuvo todos los recursos y posibilidades de hacer algo verdaderamente grandioso y terminó haciendo algo que bien podía pasar por un reportaje de "Siempre en Domingo" pero más pretensiocillo (de hecho, recuerdo que los reportajes en el extranjero de Siempre en Domingo eran menos malos y estaban mejor documentados que esto, así de malo fue).

En suma, para Discovery Channel y todo aquel que vea el “show” en cuestión, sin tener un contexto previo sobre el México contemporáneo, los mexicanos somos unos palurdos, fieles feligreses de la virgen de Guadalupe y de la lucha libre de los domingos, que usamos sombreros y jorongo multicolor y tomamos la siesta en la calle (al más puro Speedy González Style), nuestras máximas aspiraciones en la vida son ser mariachis de Garibaldi, si somos niños, o tener la fiesta de quinceaños ideal, si somos niñas y nos gusta pasar las noches de noviembre adentro de los panteones.

Los documentales no deberían tener una intención propagandística o de promoción turística, pero lo cierto es que la tienen de forma indirecta, uno cree en lo que ve. A mí me da vergüenza que espectadores en todas partes del mundo vean en Discovery Channel, a mi país retratado bajo esa óptica tan mediocre y sesgada.

Ya me extendí al límite de lo decente en este post. No puedo ni empezar a mencionar la cantidad de cultura, tradiciones, arte, historia, sitios prehispánicos, ciudades coloniales, lugares paradisiacos que tiene este país, porque tendría que empezar otro blog con ese único propósito (hey, debería hacerlo). Así que simplemente voy a decir que ese Atlas de México, más que orgullo, es una pena, hubiera preferido que jamás se hubieran tomado la "molestia" .

Ahora, yo sé que a muchos les va a valer sorbete, no todos tenemos la identificación nacional como un valor, y está bien (aplicaría aquí el popular cliché del “por eso estamos como estamos”), pero me enteré que hay varios foros con personas que están igual o más encabronadas que su servidora y justifican bastante bien sus razones.


No creo que esta pifia, por aberrante e insultante que resulte para algunos mexicanos, vaya a provocar un incidente internacional... pero debería.


* No es nada contra la noble República Bolivariana de Venezuela (¿lo dije bien?), pero aceptémoslo, su doblaje es para llorar.

jueves, 4 de octubre de 2007

Pleasantville en la Portales.




¿Recuerdan Pleasantville? En español se entrenó con el ridículo nombre de “Amor a colores”; protagonizada por Tobey McGuire y Reese Witherspoon, en aquel lejano 1998, ninguno de los dos era considerado estrella aún.

Pleasantville era el nombre de un show ficticio de televisión en la década de los ’50; la historia es sobre un pueblecillo rabón del medio oeste norteamericano, donde sus habitantes viven al más puro estilo del conformismo y conservadurismo propio de la época. No hay complicaciones raciales, políticas o sociales… osea, una especie de The OC, pero sin sexo.

En el universo de perpetua tranquilidad y ausencia de conflicto de Pleasantville, el crimen y las desgracias humanas o naturales no tienen cabida; de hecho, la peor catástrofe para la que el cuerpo de bomberos está entrenada, es para bajar un gato de un árbol. Ésta escena es común en el vivir suburbano yanqui, o al menos eso quieren que creamos, gracias a su herramienta propagandística más poderosa del “american way of life”: la televisión.

Los gatos tercermundistas, se ven forzados a desarrollar habilidades de supervivencia acordes a la pobreza y limitaciones de los cuerpos de bomberos de su localidad.

Usted cree, que si ve a un gato atorado en un tejado (no en uno caliente como este, sino en uno regular) o en un árbol, puede llamar al departamento de bomberos y recibir la ayuda que el animal en cuestión requiere?

La respuesta le sorprenderá. De hecho los bomberos ¡sí atienden un llamado para bajar un gato de un árbol! Puedo atestiguar de verdad, pues el estúpido gato que bajaron fue el mío, el Gizmo. Desde la ventana de un tercer piso a las ramas altas de un frondoso laurel de la India. Poco pudimos hacer Edith y yo para hacer que bajara, probamos ofreciéndole comida, insultos y palabras cariñosas, lo cual prendió a los albañiles de la construcción cercana, pero no acercó al gato.

Medio día duramos en esa desesperación, empezaba a caer la noche cuando llegamos a la conclusión de que la única opción, era subirnos también al árbol y rescatar a Gizmo. Superado el envalentonamiento inicial, recapacitamos y nos dimos cuenta que las ramas eran lo suficientemente fuertes para soportar el peso de un gato gordo, pero no aguantarían a Edith, por más que alegue pesar menos de 52 kilos. En lo que a mi respecta, jamás fui buena trepando árboles. Inhabilitadas ambas para el rescate y temiendo que el alboroto producido fuera peor que la situación misma, pues una vieja atorada en un árbol es, por mucho, más escandaloso que un gato; además, recordemos que Edith aún no queda libre del escándalo de porno casero del mes pasado. Así pues, decidimos acudir al H. cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México.

Les expliqué la situación y me hicieron una serie de preguntas del tipo ¿y usted… qué relación tiene con el gato? (WTF!). Como a la media hora, se presentó un equipo de 3 tragafuegos, ahora convertidos en bajagatos. Colocaron su escalera y uno de ellos, con la protección adecuada, subió casi tres pisos para bajar a nuestro gato tonto, quien opuso poca resistencia.

Para no exagerar el mito, tengo que decir que, aunque lo bomberos mexicanos también ejecutan rescate animal, no son aquellos forzudos, bronceados y varoniles que aparecen en las series gringas; los héroes locales son más del tipo prietito, pelosparados.

Al Gizmo ya no se le permite rondar la ventana poniente del departamento. Estamos pensando seriamente en remolerle un poco de Ritalin en las croquetas, para modular un poco esa hiperactividad del demonio; tengo un sobrinito del que siempre pensé que estaba ligeramente tarado y el tratamiento le ha resultado maravillosamente.

lunes, 1 de octubre de 2007

Primer mes

Hace ya un mes que inicié este nuevo proyecto de blog. No voy a hacer reflexiones cursis y sensibileras al respecto, acerca de cómo ha cambiado mi vida este blog y etc… ya saben cómo es; eso lo tengo reservado para cuando cumpla el año.

De manera pues, que este es un post de agradecimiento, para tod@s aquell@s que desde que empecé mi perorata me han seguido con regularidad, devoción o interés. Esperando, que no sea como uno de esos lectores confesó (o se descaró), diciendo que sólo lee El Tejado Caliente porque alimenta algunos de sus más recientes sus sueños húmedos.

Este blog, aún no tiene un tema específico, yo misma lo clasificaría en la categoría de ocioso/superficial/personal. Todavía no sé si deba quedarme en eso o buscar aspiraciones más elevadas.

La blogósfera mexicana ya no es lo que era hace pocos años. Cuando inicié mi primer blog (que prefiero mantener apócrifa) en 2005, justo durante el boom de este medio, las cosas eran un poco diferentes; no sé si para mejor o peor, pero era diferente. Sigo pensando en cuál será el camino que debe seguir ésta bitácora.

El Tejado Caliente

Pensé que este enigmático título tenía sentido cuando lo escogí, pasó menos de una semana antes que me diera cuenta que no. El título está inspirado en “Cat on a Hot Tin Roof”, porque hace un mes, creo que andaba de un ánimo tan particular, que me identificaba a mí misma con la heroína de una obra de Tennesse Williams. Esa etapa ya se me pasó.

Ahora tengo un largísimo URL de blogspot con el que no estoy a gusto, pero que ya no puedo cambiar y que me seguirá durante todo el tiempo que dure este blog. Es como un ex – novio patético, de esos errores que uno comete, de los que hablan en estado supra-etílico a las 2 de la mañana al celular, o que buscan por todos los medios hackear tu hotmail, o apareciéndose en los mensajeros personales con múltiples personalidades para averiguar en qué pasos andas.
En todo caso, se aceptan sus cordiales sugerencias para el nuevo título de este blog.

Aprecio mucho sus visitas y más su comentarios, que hasta el momento no he contestado, pero no quiere decir que no los haya tomado en cuenta. Es más, aprecio el que alguien tuviera el tino de poner en el tablero de comentarios las direcciones de tenosiquealdesnudo.blogspot y chiwas-al-desnudo.com; gracias a esto y a la imprecisión de algunos motores de búsqueda, recibí literalmente cientos de “visitas huecas” que sólo llegaban a ver si había mujeres encueradas. Por cierto, si usted es uno de esos, tal vez sea descortés advertirle ahora, puesto que ya leyó todo el post que ¡Aquí no hay fotos de mujeres desnudas!

viernes, 28 de septiembre de 2007

La tía Telera

Parece que el asunto de la diversidad sexual no tuvo gran repercusión ni dio pie a mucha discusión. Está bien, no vuelvo a sacar temas de esa canasta.

Volvamos a la bendita superficialidad, y que mejor manera de hacerlo que hablando de los medios. El rey de los medios, la televisión.

No voy a caer en el clichezazo barato, de “bohemio” de Coyoacán, de decir que no veo la televisión. Creo que esa es una línea que algunos hombres usan para impresionar a las chicas, haciéndose pasar por “intelectual” de la condechi. En cualquier caso ¿a quién quieren impresionar con esa frase? La televisión, como cualquier otro medio, es una fuente de conocimiento y cultura… sólo hay que saber qué ver.

Como yo no necesito apantallarme a mí misma (y cuando lo hago, basta con mirarme al espejo), pues confieso que consumo una cantidad importante de televisión casi todos los días, más de las dos horas recomendadas por la FCC.

En general, no soy muy afecta a las series, me capturan por un tiempo pero después pierdo el interés, me pasa lo mismo con los hombres tatuados. Por otro lado, creo tener un efecto “salador” en las series que si me gustan, pues todas han desaparecido antes de concluída la primera temporada. Tal fue el caso de:

John Doe (2002)- Con Dominic Purcell, quien después cobrara fama internacional con su papel en Prison Break. Se trataba de un thriller de conspiraciones. Tenía un poco de X-files, con una pizca de CSI. Fórmula ganadora, verdad? ¡Pues no! Fue cancelada al terminar la primera temporada, dejando la trama inconclusa.

Wonderfalls (2004)- Una serie de fantasía; un poco de Alli McBeal (con menos minifaldas) con Missmatch (con menos cachetes… los de la Silverstone). Combinación exitosa? Definitivamente no. Cancelada al terminar la primera temporada, hay que mencionar que al menos se tuvo la decencia de darle una suerte de conclusión a la historia.

Windfall (2006)- Con Luke Perry como carta de presentación, seguramente algún ejecutivo perdió la chamba por eso. La historia de varios sujetos que se sacan el premio gordo de la lotería y siendo millonarios, se dan cuenta que sus problemas han aumentado al compás de sus cuentas bancarias. Cancelada al concluir la primera temporada.

Probablemente ninguna de estos programas estaba destinado a cambiar la historia de la tv, pero creo que en principio tenían premisas interesantes; quiero decir, cualquier serie de abogadetes, de médicos de clóset, o policías fresas tiene un éxito asegurado desde el inicio, qué tal algo que no sea pan con lo mismo para variar?

En fin. Hace algunas semanas quería recomendar un par de series que me parecieron interesantes. Una de ellas era Traveler, transmitida en el canal Warner. Fue introducida en el denominado mid-season, es decir que la producción original sólo contaba con 9 capítulos. Su fracaso fue tal, que en Norteamérica sólo llegó a transmitirse al aire hasta el sexto episodio. El canal transmitió la media temporada completa para Latinoamérica, aunque aún así, la serie no tuvo conclusión. La trama consistía en conspiración y terrorismo, por lo menos a mí, había logrado interesarme mucho. Desgraciadamente la trama era lineal y en cada episodio había demasiadas referencias a los capítulos anteriores, razón por la cual, resultaba confusa, si no imposible de ver, para quien no la siguió desde el inicio. De nada sirve mi recomendación para éste programa ahora, porque al parecer, el poco éxito de la serie enfureció tanto a los productores, que la eliminaron totalmente y ahora no se le puede ver ni en las repeticiones de la madrugada.

La otra serie que acaparaba mi atención este fin de año, era Studio 60 on the Sunset Strip. Escrita y dirigida por Aaron Sorkin, quien gozó del beneplácito de la crítica en películas como A Few Good Men y Malice, y series como The West Wing. En ese mismo tenor crítico e iconoclasta, Sorkin arremete contra los entretelones de la televisión norteamericana, retratando con ironía el servilismo, y la hipocresía del medio.

Aunque al principio se perfilaba como muy interesante, estas últimas semanas se ha vuelto cada vez más soso y complaciente. La estrella del show es Mathew Perry, quien interpreta a Matt Alby, un escritor de comedia que dirige un show parecido al Saturday Night: Live, llamado Studio 60 on the Sunset Strip. No se trata de una parodia hecha de otra parodia, es un vistazo ácido y cínico del mundo de las televisoras y su relación con la publicidad y el clientelismo para con los grupos de poder y los ejecutivos de las grandes cadenas.

Todo eso estaría muy bien, la serie podría ser un “must see” para todos aquellos que dicen no ver televisión, de no haberse vuelto tan pretensioso. Matthew “papi” Perry, quien ha sido el único con el talento suficiente para sobrevivir con dignidad más allá de Friends, hace un buen papel, el problema es que el resto del elenco, incluído Sorkin, parece que quieren tener su propia versión Chandler Bing para el programa, y ese papel es irrepetible excepto para Matthew Perry. Los diálogos se vuelven odiosos, el ritmo es desesperante y fuera del personaje de Perry, los demás parecen completamente prescindibles por su falta de carisma.

La serie se planeó para una temporada completa en Estados Unidos, pero salió del aire un par de capítulos antes de su conclusión. Fue un buen intento, que se quedó en eso solamente.

Estoy procurando interesarme por la televisión basura, tal vez la maldición de la que soy portadora, haga que desaparezcan uno que otro reality, telenovela o programa de variedades.